Naturopatía
Etimológicamente el término Naturopatía es anglosajón y viene de “Naturopath”, “Nature”, naturaleza y “Path”, sendero, y quiere decir “Sendero de la Naturaleza”, acuñado en 1892. Sus orígenes podríamos buscarlos en la medicina antigua, desde Hipócrates, hasta Paracelso, y en predecesores desde el siglo XIX, como V. Priessnitz, S. Kneipp, Tadeo de Visent, Arnold Rikli, Louis Khune, Adolf Just, Manuel Lezaeta, B. Lust, H. Benjamin, etc., hasta contemporáneos recientes como E. Alfonso, Capó o Ferrandiz.
La Naturopatía es un Sistema de Medicina que se basa en el uso de productos naturales. Se puede decir también que la Naturopatía es una técnica basada en las posibilidades de que el cuerpo posee para curarse a sí mismo.
Desde la Naturopatía preconizamos que el cuerpo tiende hacia la salud y que lo mejor para curar el cuerpo es la capacidad homeostática (reequilibrio) que éste tiene. Si el cuerpo es “afectado” por factores como una dieta inadecuada, falta de sueño, ejercicio o aire fresco, tensiones físicas o emocionales, contaminación ambiental, o emociones negativas, se producen desequilibrios que influyen negativamente en la autocuración y se resiente la capacidad inmune por lo que se queda expuesto ante agresiones exteriores, como virus, bacterias y otros.
Los naturópatas proponen que las infecciones rara vez se producen en un cuerpo bien cuidado, y si la enfermedad ocurre, se debe dejar que se manifiesten los síntomas antes que reprimirlos, ya que es está la forma en que el cuerpo se defiende para recuperar el equilibrio y la salud.
Para conseguir un estado de salud equilibrado, lo primero que el naturópata tendrá que hacer es una buena anamnesis e historia clínica, así como una valoración del paciente, valiéndose de técnicas de diagnóstico no invasivas, como la iridología (diagnóstico que se obtiene al observar el reflejo neurológico del ojo), kinesiología holística (diagnóstico que se obtiene por la medición de respuesta neuromuscular en conexión con los órganos y su función), diagnóstico biomecánico (diagnóstico que se obtiene al valorar la funcionalidad músculo esquelética del paciente), reflexología podal o auricular (estudio de zonas concretas se influye de forma refleja en los correspondientes órganos internos), etc.
Una vez determinada la causa del desequilibrio o enfermedad el naturópata basará su tratamiento comenzando por una corrección de la dieta (Hipócrates: “Que tu alimento sea tu medicina, y que tu medicina sea tu alimento”), ya que la base de homeostasis (reequilibrio) del cuerpo, comienza con la corrección de los tóxicos que introducimos en nuestro organismo y en la corrección de los excesos cometidos en la alimentación.
El naturópata puede ayudarse con complementos alimentarios o sustancias bioorgánicas, como las vitaminas, minerales, sustancias ortomoleculares, plantas fitoterapeutitas, oligoelementos, etc. Si es necesario el naturópata recomendará tratamientos complementarios para mejorar aspectos específicos de la patología, ayudándose con terapias como la acupuntura, electro-acupuntura, quiromasaje, osteopatía, osteopatía craneo-sacral, osteopatía visceral, reflexoterapia podal, electromedicina, T.I.N. (Técnica de Integración Estructural), drenaje linfático manual, presoterapia, psicología, terapia floral, etc.
Sin duda la Naturopatía da una respuesta alternativa a los tratamientos convencionales basados en la utilización de fármacos, intentando no intoxicar el organismo en el proceso de corrección de la salud del paciente.